El proyecto Alejandro.
“…Vivos los queremos”.
El pasado
miércoles 15 de octubre, los medios de comunicación publicaron a ocho columnas,
que según los peritajes realizados, los restos hallados en las fosas de
inhumación clandestina descubiertas en la Costa Chica de Guerrero, no pertenecían
a los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa.
Debido a la
presión popular, no sólo de México sino de la comunidad internacional, la
justicia pasó de largo y a nadie parece interesarle a quiénes pertenecen las
osamentas que están en las fosas, cuyo número además es escandalosamente alto,
y siguen descubriéndose más. Sea lo que sea lo que acontece en el estado de
Guerrero, va en vías de revelarse como un genocidio.
A raíz de lo
anterior, desde hace días algunos sectores de la sociedad y un partido político
piden la anulación de poderes en el estado de Guerrero, ignorando la mayoría de
ellos lo que eso implica, y que agravará la situación del estado. Si bien es cierto que el
gobierno estatal en Guerrero ya se vio desbordado desde hace muchos días, eso
no es lo peor que podría ocurrir. Por si fuera poco, el Gobierno Federal
también comienza a hacer agua, sobre todo porque su titular es incapaz de
hablar con coherencia, actuar con voluntad y evitar manifestaciones
vergonzantes de ignorancia.
Las
manifestaciones de apoyo a la comunidad de Ayotzinapa siguen multiplicándose en
México y el mundo. El mismo día 15 de octubre, estudiantes de muchas
universidades de México (UNAM, UAM, Ibero), evidentemente de todos los niveles
socio-económicos, y del resto del mundo (España, Grecia, China) se manifestaron
bajo la misma consigna: “Vivos se los llevaron, vivos los queremos”. Y 1968 es
un claro ejemplo de la fuerza que puede alcanzar una comunidad estudiantil
unida. A escala mundial.
“Alzarse las faldas”.
La escandalosa
confesión de policías municipales de Cocula e Iguala, donde establecen que
vendieron a los jóvenes desaparecidos como mano de obra esclava a una
agrupación denominada Guerreros unidos,
es tan terrible que algunos expertos extranjeros no la creen del todo. El
analista de un servicio de inteligencia europeo, opinó off record que el trasfondo de todo lo acontecido podría ser más
siniestro de lo que parece.
—Vuelva a
repasar los eventos del 68, no sólo en México —invita—. ¿Ve las
coincidencias?
Luego,
descontando con los dedos, describe un panorama por demás plausible.
“Sectores de la
sociedad mexicana siguen exigiendo la desaparición de poderes en Guerrero, ignorando
deliberada o estúpidamente lo negativo y riesgoso que esa exigencia resulta.
“No obstante, el
Gobierno federal permite que las manifestaciones estudiantiles de apoyo
escalen, se tornen en movimientos de repudio para posteriormente convertirse en
auténticos amotinamientos. Si hace falta caldear más el ambiente de los
estudiantes, ahí está la aceptación incondicional del Secretario de
Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, a todas las exigencias del estudiantado
del Instituto Politécnico Nacional (IPN), anunciada el mismo 15 de octubre. Tal
vez Gobernación no ‘se alzó las faldas’ como claudicación sino como trampa.
Porque nada alborotaría más el gallinero en estos momentos, como que de repente
Osorio Chong dijera que siempre no, que no se acatará lo que antes se aceptó.
Eso sí los haría cabrearse.
“Los ánimos se caldearían
más, y cuando la ingobernabilidad asomara las orejas en el resto de México, el
Gobierno federal decretaría la desaparición de poderes pero a escala nacional.
De ese modo mata varios pájaros de un tiro, el primero por cierto, una palomita
blanca con una rama de olivo en el pico. Con esa maniobra ejecutiva, asegura su
permanencia en el poder, y se olvida de una promesa secreta de alternancia
política que hizo a mediados de 2012; aplasta el derecho de libre expresión,
mismo que hoy sólo censura y obstaculiza discretamente; y luego, con calma, se maquila
unos poderes constitucionales a su medida, volviendo a dejar al Partido
Revolucionario Institucional (PRI) en las mismas condiciones absolutistas de
1970”.
Cuando este
tinterillo manifiesta su asombro e incredulidad, mi interlocutor me explica que
eso ya se ensayó una vez en el ámbito teórico… y funcionó. Y cuando se llevó a
la realidad, estuvo a punto de funcionar. Sólo la valerosa y oportuna
intervención de algunas personalidades que supieron ver el peligro, evitó que
ese plan convirtiera a una región del planeta en un baño de sangre.
—Aquella operación secreta se llamó en clave
“Alejandro Magno” —puntualizó
la charla el analista y, luego de levantarse, dejó una propina sobre la mesa
del merendero y se marchó a su embajada.
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