El mayor de los temores.

El triunfo electoral de Donald Trump, que le convierte en el presidente electo de Estados Unidos para 2017, ha dejado al mundo de piedra. Los aliados de la primera potencia mundial empiezan a preguntarse a qué aventuras catastróficas podría llevarlos el magnate norteamericano, sobre todo por dos factores indiscutibles que quedaron en evidencia durante los debates previos a la elección, en los que ganó la hoy perdedora Hillary Clinton: Escaso conocimiento de la política exterior estadounidense y la situación mundial; y una bocaza enorme.
Portada satírica del Boston Globe. Cortesía de Zero Hedge.

No ha faltado el perfilador psicológico que hace un comparativo muy interesante y acertado, entre las personalidades de Adolfo Hitler y Donald Trump. Sin embargo, si este comparativo resulta cierto, el norteamericano sería peor que el alemán por dos razones: Una, Estados Unidos es un país con más recursos naturales, más territorio, más pobladores, más dinero y más armas (incluyendo arsenal nuclear), que el Tercer Reich. Dos, el pueblo alemán siempre ha sido muy disciplinado, y el pueblo norteamericano es muy infantil. La mayoría de los estadounidenses son educados en la idea (heredada de los ingleses), de que si quieren algo, sólo deben luchar por ello con todos los medios al alcance, sin que importe nada más. Que al final de cuentas, el fin justifica los medios.

Sobra decir que a México le ha cogido la noticia de lleno. La Bolsa Mexicana de Valores abrio operaciones tambaleante, y el dólar a las 9:30 de la mañana de hoy ya sobrepasaba los 20 pesos. Los encargados de las finanzas del país se dan de topes en la pared, porque ante la devaluación que se avecina caen en la cuenta, demasiado tarde, que las reservas internacionales que durante 12 años acumularon los presidentes de extracción panista (Partido Acción Nacional), para resistir este tipo de embates financieros, los forajidos de Enrique Peña Nieto los estuvieron quemando en la estufa, agotando en menos de seis años cualquier protección económica contra el tsunami financiero que se le viene encima al país azteca.

Sin embargo, eso no es el problema más urgente que enfrentan el gobierno y pueblo mexicano. Si Donald Trump decide cumplir sus amenazass y expulsar a todos los migrantes ilegales que hoy se encuentran en territorio norteamericano, se puede tener la certeza de que no los va a enviar a Canadá, ni los arrojará a los océanos. Los hará cruzar su frontera del sur, creando un grave problema migratorio en México.

La nación azteca no era pobre, sino que estaba empobrecida. A consecuencia de los errores cometidos por la presidencia actual, hoy México sí es pobre y no tiene la capacidad para enfrentar una emergencia migratoria como la que podría embestirlo. Tal vez lo único que puede hacer la Secretaría de Gobernación, es girar las órdenes pertinentes a la guardia fronteriza apostada en el sur, para que empiecen a cerrar la frontera a indocumentados. De lo contrario, en todos los estados del norte de México empezarán a desbordarse los inmigrantes deportados, junto a los sudamericanos que ya no puedan pasar. Y con la pésima opinión que tiene Trump de los hispanos, no resulta absurdo temer que militarice su frontera del sur con esa excusa. De ahí a la búsqueda de un casus belli que justifique una invasión... Bueno, tal vez no sea algo tan tirado de los pelos.
Comparativo preocupante.

Quizá lo más grave del caso, al final de cuentas, sea lo siguiente. Para nadie es un secreto que a Donald Trump se le acusó en el pasado de la violación de una menor, proceso del que evidentemente, salió sin apuros. A ver si no pretende hacer lo mismo ahora, con naciones más pequeñas que la suya, incapaces de defenderse de uno de los ejércitos más poderosos del mundo. Ya venció al Derecho estadounidense, y podría vencer al Derecho internacional. Después de todo, sólo estaría siguiendo la tradición de presidentes republicanos que lo antecedieron.

Como dijera el regiomontano don Nemesio García Naranjo: <<Pobre México. Tan lejos de Dios, y tan cerca de Estados Unidos>>.

Reflexión al margen:
Las opiniones vertidas en este artículo sólo consideran un panorama político acorde a los actos y discursos pronunciados por Donald Trump en el marco de la carrera electoral norteamericana. Muchas de sus ideas podrían no resultar adecuadas para Estados Unidos, tal como demuestran muchos estudios socio-políticos y económicos. Mucho dependerá de los consejeros de que se haga rodear Donald Trump, y de que les haga caso. La historia nos demuestra lo que pasa cuando un presidente pasa por encima de expertos de su gabinete: George W. Bush desoyó las advertencias que se le hicieron a su padre durante la Primera Guerra del Golfo, en el sentido de no eliminar a Sadam Husein. Hoy Estados Unidos está inmerso en otro Vietnam que tampoco podrá ganar. éste en Oriente Medio.


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