Ganó México
El respeto de los jóvenes.
Hace unos días, con ocasión del segundo debate entre
candidatos presidenciales organizado por el Instituto Federal Electoral (IFE),
discutía amigablemente con una profesional de Ciencias de la Salud, respecto al
desempeño de cada uno de los participantes. En esa charla llegamos a la
conclusión de que en México los llamados debates no le eran tales, y por lo
tanto poco aportaban a la campaña electoral.
Ayer por la noche, los mexicanos tuvimos la oportunidad
de atestiguar un verdadero debate político, un verdadero ejercicio en aras de
la democracia. Pudimos comprobar que México está maduro para vivir una democracia
verdadera; no oligarquía, no populismo, no tiranía. Democracia.
Lo más sorprendente del caso, es que el mejor debate que
se ha realizado en México, fue organizado por jóvenes mexicanos, estuvo cobijado por
las instalaciones de la Comisión de los
Derechos Humanos del Distrito Federal, y fue escuchado mayoritariamente, en
medios electrónicos de los que poco se habla generalmente, muy alejados del
binomio televisivo comercial Televisa-TV Azteca. Y dicho sea de paso, también
dejó en evidencia el largo brazo de ciertos señores feudales que, viéndose
amenazados en sus intereses, intentaron boicotear tanto la organización como la
ejecución del debate, afortunadamente sin conseguirlo del todo.
Reconozco (aunque nunca he sostenido lo contrario) que
no soy experto en economía, ni en seguridad, ni en política interior o
exterior, así que no trataré de comentar las diferentes propuestas de los
candidatos. Como un ciudadano de a pie, sólo me limitaré a comentar aquello que
me llamó la atención de este debate inédito.
Por ejemplo, una de las reglas del juego, que al final
resultó la más favorable para el buen desarrollo del ejercicio: “No se debate a
los candidatos; se debate a las ideas”. El candidato del Partido Revolucionario
Institucional (PRI), Enrique Peña Nieto, no asistió bajo el argumento de que el
debate organizado por el movimiento #YoSoy132
“no garantiza el espacio de neutralidad que se requiere para convocar a un
debate en condiciones de equidad”. Terrible error. Porque el debate se llevó a
cabo en un ambiente de silencio, respeto, neutralidad y equidad, en la que los
demás candidatos pudieron exponer sus ideas y propuestas sin interrupciones ni
ataques de ninguna clase.
Ayer los jóvenes demostraron que tienen la madurez
necesaria para escuchar a aquellos que aspiran a gobernar a su país. Y gracias
a ese respeto, neutralidad y equidad, fue posible constatar que los candidatos tienen
ideas firmes y claras de lo que México necesita. No siempre son coincidentes,
pero sí son ideas que buscan el bien del país (por lo menos en teoría).
La silla vacía.
Enrique Peña Nieto, decía yo, desperdició la mejor
palestra que ha tenido y tendrá para exponer sus ideas, presentar sus
propuestas, para tratar de convencer a una parte importante de un pueblo que no
lo acepta. En el debate de anoche, por lo menos lo habrían escuchado. De eso
estoy plenamente convencido.
Una vez, su compañero de partido, Manlio Fabio
Beltrones, dijo que en política sólo se comete un error, y lo demás son
consecuencias. Si acaso Peña Nieto no había cometido deslices (aunque sabemos
que sí), es su ausencia en este debate, el error que más le pesará el día de
las elecciones. La historia (que escribirán mañana los jóvenes de hoy) no
olvidará esa silla vacía, y en el futuro dirá que el candidato tricolor
confundió la prudencia con el miedo.
Como dijo en una ocasión el gran estadista
y ser humano, Angelo Giuseppe Roncalli, mejor recordado como el beato Juan
XXIII, “prudencia no consiste en no hacer nada, sino en hacer algo y hacerlo
bien”. Y sobre el miedo no se me ocurre mejor descripción que ésta: “Por eso yo
tuve miedo y escondí en la tierra tu talento”. Cita tomada del Evangelio según
San Mateo, capítulo 25, versículo 25. Ahora habrá que ver si el PRI no le hace
a su candidato lo que dicen los versículos 29 y 30 de esa historia.
Como sea, a pregunta obligada de los reporteros a todos los candidatos, acerca de quién había ganado el debate, no hay duda: Anoche ganó México.
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