Suicidio a partida doble.

 

La hipótesis de "suicidio" del finado secretario de Finanzas del Comité del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en el Distrito Federal, me hace pensar que la ley debería ser más estricta en ese sentido.

En los últimos años del salinismo, fueron motivo de comentarios, noticias y caricaturas los suicidios que cometían algunas personas en detención, es decir, bajo custodia del Estado. La nota la daba el hecho de que se suicidaban de dos disparos. Algún cartonista llegó a sugerir que a esos suicidas deberían arrestarlos 48 horas.

El caso del perredista, que desde el descubrimiento de su cadáver ya fue declarado como "suicidio", y cuya línea de investigación desde su origen fue encaminada a reafirmar esa hipótesis en vez de buscar la verdad, hace sospechar, desde luego, que hubo juego sucio y fuego amigo. 

El motivo lo hay, y nada tiene que ver con problemas familiares. Más bien podría estar relacionado con topes de campaña y malos manejos por parte del instituto político. Así, cuando las auditorías del Instituto Electoral del Distrito Federal descubrieran esos asuntos turbios, el PRD podría pilarse las lavas como Poncio Manotas, alegando que el ex secretario de finanzas fue el único culpable, y sobre el muerto las coronas.

Como sea, yo estoy de acuerdo con la sugerencia del monero mencionado líneas arriba. Por querer complicar las investigaciones sobre su muerte, cometiendo suicidio doble, a ese hombre deberían aplicarle una multa y ponerlo en detención por 48 horas. Por pasarse de listo pegándose un tiro en la cabeza y luego ahorcándose. Vaya sinvergüenza. 

Quod scripsi, scripsi.