Avestruces

El nuevo presidente del Partido de la Revolución Democrática (PRD) de México, Carlos Navarrete, opinó en una entrevista que, pese a que desaparecieron de los medios masivos de comunicación los grandes titulares que se refieren a la delincuencia organizada, ésta no ha disminuido.

Si de verdad hubo políticos que creyeron que por no hablar de ese problema éste iba a desaparecer, estamos jodidos. Porque eso significaría que estamos gobernados y representados por avestruces que creen que enterrando la cabeza en la arena, se van a cubrir las nalgas. Y el tiempo ha demostrado su error de juicio.

Al día de hoy, luego del asunto Tlatlaya, en el que aún no se determina si fue enfrentamiento o ejecución (lo que implicaría que el narco ya infiltró al Ejército); y luego de la masacre en Iguala, Guerrero, donde el Ejecutivo local o de nueva cuenta los narcos ordenaron a la policía municipal que asesinara a un grupo de estudiantes impunemente, queda claro que por no enfrentar los problemas con valor cívico, estos van agravando la ingobernabilidad que desde hace años permeaba a la nación mexicana.

Pero, ¿será ese el principal peligro que acecha a México? Una de las promesas más trompeteadas durante la campaña del actual presidente, fue la creación de una Gendarmería Nacional. Luego de dos años, este cuerpo de seguridad que en su planteamiento podría haber resultado muy bien, no pudo crearse, porque el Ejecutivo pedía que el personal de este órgano de seguridad fuera de extracción militar, pero sin cederle el mando a los militares. Es decir, una Gendarmería que no fuera Gendarmería, lo que al final resultó: Más pan con lo mismo. 

La pregunta es: ¿Por qué Enrique Peña Nieto, presidente de México, no aceptó ceder el control a los militares? ¿Qué teme? ¿Qué le han dicho sus analistas del servicio de inteligencia? ¿Estará temiendo una asonada? Si creemos que ya vimos lo peor, estamos equivocados. Las cosas se pueden agravar más, si el gobierno federal no se faja los pantalones y empieza a poner orden con toda severidad. Investigar con lupa y sin miedo a todos los gobernadores y presidentes municipales del país; acelerar la aplicación de justicia en casos de delincuencia organizada (la justicia que no es pronta, no es justicia); promover una modificación a la Ley que permita acusar de traición a la patria a los servidores públicos que utilicen a las fuerzas de seguridad para favorecer al crimen organizado o para cometer delitos de lesa humanidad. El ejemplo más claro, el prófugo alcalde de Ayotzinapa, José Luis Abarca.

A la delincuencia organizada no le está temblando la mano al atentar contra México. A los tres Poderes de la Unión (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) tampoco debería temblarles. Ya lo dijo el 22 de agosto de 2008 el empresario Alejandro Martí, y sigue siendo válido: "...si la vara es muy alta para atender la inseguridad en México, si no pueden, renuncien, pero que no sigan ocupando las oficinas de gobierno, no sigan recibiendo un sueldo por no hacer nada. Eso también es corrupción". 

Quod sripsi, scripsi.

Nota al margen: Contra lo que se cree, y a diferencia de los políticos mexicanos, las avestruces son animales muy feroces, decididos y letalmente peligrosos, siendo capaces de poner en fuga incluso a un león. Es falsa la creencia de que esconden la cabeza en la arena para escapar del peligro, pues no son animales que escapen, sino que se enfrentan a la amenaza, y generalmente la vencen. 

Comentarios

Entradas populares