Incompleta e imprecisa.

Hace unos días se aplaudió a Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de Gobernación de México, por la pronta respuesta que dio a los estudiantes del Instituto Politécnico Nacional (IPN) que se manifestaron por calles de la Ciudad de México y frente a la Secretaría mencionada. Un acto que fue planeado a detalle para parecer espontáneo, incluyendo el detalle de salir sin saco de la Dependencia, como si se fuera a reunir con unos "cuates", unos amigos. 

A las pocas horas de que el Secretario escuchara las peticiones de los Politécnicos, la Directora General del Instituto, Yoloxóchitl Bustamante, renunció a su cargo. Muchos interpretaron el hecho como una "renuncia a güevo" solicitada por el Secretario Osorio, sobre todo porque también se eliminaron las repudiadas modificaciones al reglamento interno del IPN, propuestas por la ingeniera Bustamante.

Con esas acciones, el Secretario de Gobernación dio una imagen de apertura al diálogo por parte del Estado, y muchos políticos le felicitaron públicamente en las redes sociales, incluyendo a algunos de la oposición, sin percatarse de que en realidad, Osorio Chong acababa de pillarse los dedos con la puerta.

Hace unas horas, mientras todos esperaban que la normalidad volviera a las instituciones educativas del Poli, una comsión de la Asamblea General Politécnica emitió una declaración en el sentido de que la respuesta del Secretario de Gobernación "es incompleta e imprecisa". Y sobre esa base, se preparan a exigir cada vez más, hasta llegar al absurdo. Y cuando no lo obtengan organizarán más marchas, éstas serán cada vez menos respetuosas de la Ley, y al final es muy probable que el asunto termine en enfrentamientos. 

Y todo porque Miguel Ángel Osorio Chong no sólo olvidó que a un ratón no se le debe dar nunca una galleta, sino que incluso ofreció demasiado rápido el proverbial vaso de leche. 

Quod scripsi, scripsi.