Dios te lo ha de premiar.

Estaba recordando que justo ayer se cumplieron 24 años de que conocí a una persona que, como el bello sol de Andalucía a los naranjales de oro, me hizo madurar y enfilar mi vida hacia el periodismo y la literatura. Y pensar que todo empezó frente a dos hamburguesas del Burger Boy (Mugre boy se les decía entonces), y una buena ración de servilletas "para batirse a gusto". Así dijiste y cumpliste. 
El autor hace 24 años.
Periodo Jurásico.
Hoy ya estoy lejos de las caricias de aquellas tiernas miradas, de aquellas risas juveniles, de aquellos cantes de madrugada. Estoy lejos no sólo en la distancia sino también en el tiempo. Hace mucho que de tan maduro hasta me caí del árbol, y ya estoy marchito y arrugado. 
Dicen que los viejos ya sólo viven de recuerdos. Me preocupa un poco porque también se dice que antes de morir, la vida pasa frente a nuestros ojos y te acuerdas de todo. Joder, no vaya a ser eso, arza. 
Como sea, aunque me haya tardado dos décadas en decirlo... Muchas gracias por tu paciencia, tu amor, tu cariño, tu hospitalidad. Sé que soy insoportable, y aun así me soportaste mucho más de 10 minutos (en realidad, más de dos años). Dios te lo ha de premiar. El libro de Records Guinness ya no, porque el límite de tiempo ya lo superó mi mujer, pero si no... Igual y te anotaban en sus páginas. 
Tú sabes quién eres, y sé que me lees. Pero te agradeceré a ti y a nuestros amigos mutuos (muchos de ellos ya figuras prominentes del periodismo) que dejen tu nombre en el anonimato. Es mejor así.

Comentarios

Entradas populares